“Es posible afirmar que este instrumento musical de fricción, el furruco, con raíces africanas pasó por España y durante los procesos de conquista y colonia a estos lares americanos nos llegó”.
Un programa de televisión sobre folclor español proyectado por un canal de dicho país hace años hizo cambiar mi apreciación regionalista sobre el origen del “furruco”, tradicional instrumento de la organología llanera ya entrado en desuso y por ende ad portas de quedar extinguido.
Hasta ese momento yo pensaba que con sus variaciones en formas, tamaños y nombres era originario de Colombia y Venezuela países en donde algunas de sus músicas folclóricas son acompañadas con este instrumento.
Pero el referido programa televisivo me mostró un grupo de música tradicional hispana en el que había ejecutantes de un pequeño instrumento de nombre “zambomba”, al que de inmediato le encontré parecido a la “puerca o marrana” propia del folclor andino colombiano, al gaitero venezolano “furro o mandullo” y al “furruco” llanero. Todos por igual cumplen la función del “bajo”.
Indagué en Google sobre el origen de la zambomba y en el sitio www.jaen24h.com , lo siguiente encontré:
“Aunque pensemos que la zambomba nació en nuestra tierra, no es así. Realmente surgió en el Congo, donde era usada para amenizar los ritos de iniciación de los jóvenes. Este instrumento se fue expandiendo por diversas partes del mundo, también por nuestro país, donde se hacía sonar el día de San Martín, o en los días entre la Navidad y la Epifanía.
Aunque el origen de «las zambombás» no se conoce con exactitud. Se cree que estas reuniones se llevan celebrando desde el siglo XVIII en los patios de las casas de vecinos, pero no se han encontrado evidencias de que esto fuese así”.
“Pandorga, runcho o furruco. Todos son nombres que se usan para referirse al instrumento navideño por excelencia: la zambomba. Y es que cuando pensamos en la Navidad, a muchos nos viene a la mente la imagen de una «zambombá» donde se cantan villancicos en los que este instrumento es el gran protagonista de la fiesta”.
Del instrumento musical dice también Google: “La Zambomba es una fiesta típica andaluza que tuvo su origen en Jerez a finales del siglo XVIII”.
Según la reseña el instrumento de origen afro es tradicional de las épocas navideñas españolas. Ejemplo es el villancico “Dale a la zambomba”, que tiene mucho acento y sabor gitano.
Siguiendo el hilo de los procesos de esclavitud africana, por registros documentales se sabe que a los llanos colombianos en momentos tanto de la Conquista como de la Colonia española fueron raptados integrantes de clanes del continente africano, lo que –a mi parecer- podría explicar que aquellos ciudadanos además de sus genes hubieran aportaron su ancestral instrumento a la naciente organología del joropo.
Con base en lo anterior, es posible afirmar que este instrumento de fricción pasó por España y durante los procesos de conquista y colonia a estos lares americanos nos llegó.
Válida acotación es que en tales épocas los misioneros españoles también pudieron haber traído la zambomba.
De esta manera, tanto la puerca o marrana, el furro o mandullo y el furruco, tienen el mismo principio del instrumento español con raíces africanas, pero con las adaptaciones propias de los lugares en donde se ejecutan.
De todos los derivados de la zambomba el que peor suerte ha corrido en Colombia es el furruco joropero, debido a que fue desplazado por el bajo electrónico, llevándolo al desuso y casi que a pieza de museo.
Para bien, como medida de salvaguardia cultural en lugares llaneros se realizan esfuerzos para recuperar la fabricación y ejecución del furruco entre población infantil y juvenil.
Así ocurre en el casanareño puerto de Orocué en donde pude apreciarlo durante la reciente celebración del centenario literario de La vorágine novela del llano y la selva autoría de José Eustasio Rivera.
Haciendo memoria, en Villavicencio el primer furruquero que conocimos fue a “Cuchuco”, su nombre Carlos Antonio Encinoza P, también sabanero bailador de joropos oriundo de Orocué.
Años después como ejecutantes del instrumento en amistosas fiestas villavicenses con joropos pude apreciar a Ángel Amézquita, orocueseño, y en otra ocasión a Nora Trigos oriunda de Cabuyaro, Meta.
Acerca de las muy posibles herencias africanas en la cultura llanera le sugiero leer mi ensayo https://www.oscarpabon.com/index.php/2023/05/28/tiempo-para-investigar-el-legado-afro-en-los-llanos-colombianos/ .
Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.
Deja un comentario