“Hace cinco años se percibió que la noticia sobre la extinción del céntrico Colegio Nuestra Señora de la Sabiduría no generó mayor sentimiento de asombro ni reacción alguna entre sectores de la sociedad de la capital del Meta”.
El año 2017 marcó la desaparición del patrimonial colegio Nuestra Señora de la Sabiduría de Villavicencio, siempre regido por religiosas de la comunidad del mismo nombre con el que lo bautizaron.
En dicho establecimiento desde 1905 se educaron centenares de muchachas pues fue creado específicamente para niñas, aunque hace unas cuatro décadas que en la jornada nocturna admitieron muchachos.
La institución educativa siempre gozó de excelente prestigio y en la memoria colectiva un poco está está grabado el tradicional uniforme de diario de sus estudiantes: blusa blanca y jardinera azul, medias blancas y zapatos negros.
Resulta paradójico que a pesar de su voluminosa historia institucional no haya quedado un trabajo monográfico que recoja parte del centenario aporte social y cultural a la vida villavicense por parte de las monjas, unas europeas y otras nacionales.
Hace cinco años se percibió que la noticia sobre la extinción del céntrico Colegio Nuestra Señora de la Sabiduría no generó mayor sentimiento de asombro ni reacción alguna entre sectores de la sociedad de la capital del Meta.
Como yo mismo me conté en ese grupo en tal momento me propuse hacer este modesto homenaje a la comunidad religiosa que por 112 años ayudó a forjar el desarrollo intelectual de femenina población villavicense.
Pero quiero recordar que las monjas de La Sabiduría no solo aportaron desde la educación, ellas resultaron ser las primeras enfermeras porque ayudaron a fundar el Hospital Montfort en el que por años fueron las únicas en cumplir con las diferentes labores de atención a los pacientes.
Dicha institución estuvo localizada hacia arriba del también religioso colegio de La Salle. Ese primer hospital de la capital metense fue inaugurado en el año 1911.
Además, el proyecto de la famosa Hermana Alfredo de la Sabiduría -ciudadana francesa- fue la obra Sopa Juan XXIII dirigida a calmar el hambre de población vulnerable. Tan importante acción de enfoque humanitario con muchas dificultades ha continuado.
De lo anterior se deduce que el año de esta crónica le fijó el final a la presencia educativa de la comunidad Hijas de la Sabiduría en Villavicencio: 1905- 2017, religiosas a las que otrora con respeto se les llamaba Reverendas Hermanas Hijas de la Sabiduría, su abreviatura era RR HH.
En total fueron ciento doce años de aportes al desarrollo villavicense y ya en el olvido de la memoria local entró tan importante obra.
Nota: Esta crónica en su primera versión la publiqué en el muro de mi cuenta de Facebook el jueves 28 de diciembre de 2017. Cinco años después rescato ese texto y le realizo algunas modificaciones.
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Gratitud eterna debe Villavicencio, el Meta y Colombia a la Orden de la Sabiduría. No hubo reconocimiento adecuado a 🧮📚👏🥇su fructífera labor. Que la historia y ésta noble página de Néstor Restrepo Roldán sean un mínimo tributo a semejante labor! Dios guarde esa memorable gestión! 🙏🧎